Tumores cerebrales

Los tumores cerebrales mas frecuentes son aquellos que provienen de tumores de otras localizaciones, es decir, metastásicos. Aproximadamente un 30% de los pacientes oncológicos desarrollan metástasis cerebrales.

En frecuencia, le siguen los tumores cerebrales primarios, se generalizan bajo el nombre de gliomas, aunque dentro de ellos existen muchos tipos y grados. Son aproximadamente el 50% de los tumores cerebrales.

El tratamiento de los tumores cerebrales, como es de suponer, depende de muchos factores, como el tamaño, el número de lesiones, el estado general del paciente, y sobretodo la localización, ya que dependiendo de este último factor la cirugía podría aliviar los síntomas o empeorarlos. Sin embargo, el tratamiento con cirugía es casi siempre necesario y existen distintas técnicas que mejoran la seguridad de la cirugía, como la utilización del neuronavegador o la monitorización neurofisiológica. Con la cirugía además se obtiene una muestra de la lesión lo cual permite dar un diagnóstico histológico exacto.

En el caso de algunas metástasis y de los gliomas de alto grado, es necesario completar el tratamiento con otras técnicas como la radioterapia y la quimioterapia.

Existen tumores que pueden estar dentro del cráneo, sin que necesariamente tengan origen en el propio cerebro. Es el caso de los meningiomas, el tumor intracraneal mas frecuente, es aproximadamente el 36% de todos los tumores intracraneales suele ser benigno en mas del 95% de los casos. El tratamiento definitivo y en la mayoría de los casos curativo, es la cirugía y la resección total.

Los tumores que tienen origen en la glándula hipofisaria representan el 10% aproximadamente de los tumores intracraneales, son benignos en su gran mayoría y producen síntomas debido a la ocupación de la “silla turca”, que es el sitio anatómico donde se encuentra la hipófisis; estos son alteraciones visuales o síntomas relacionados con el exceso o defecto de producción de las hormonas hipofisarias. El tratamiento de estos tumores depende del tamaño y del tipo de hormona que produzcan, siendo este a veces puramente médico con fármacos que frenan la producción de determinadas hormonas y secundariamente reducen el tamaño del tumor, o bien con técnicas de cirugía poco invasivas como la cirugía endoscopia transesfenoidal.